sábado, 27 de marzo de 2010

Polvo en la memoria

Cuando el tercero en discordia
fue el silencio,
cuando comenzamos a engañarnos
con otros engaños,
cuando mordimos las preguntas
que envenenaron nuestros labios,
cuando la imagen comenzó
a oscurecerse en nuestros espejos,
cuando te convertiste en arena
y yo en bruma nocturna,
cuando dejé de mirarte
por los vidrios del corazón
y vos te aferraste a la esperanza,
cuando, irremediablemente,
se bifurcó nuestro andar,
cuando deviniste en árbol
y yo en pájaro,
cuando grité tu nombre
y respondió el olvido,
y me quedé sin voz,
y te quedaste sin voces,
cuando soplaste la llama
del deseo profundo,
y tus palabras fueron aguijones
y mis palabras tumbas…
Cuando se terminó tu calendario
al tiempo que el mío se estrenaba,
cuando decidí no sangrar más
y aún estabas lleno de balas,
cuando te amé tanto que morí
y nunca lo percibiste,
y esperé tu salvación,
y ese día lo tomaste libre,
y tuve que salvarme yo.
Cuando renunciaron las olas
y la orilla se secó,
cuando cayeron las vendas
todo se anunció,
todo terminó.







Fotografía de Bernabé Jirón.

domingo, 21 de marzo de 2010

El mensaje entre líneas...


...Y descubras en mi mirada
los deseos coronados por tu nombre,
y serás por un momento
mio, vasto viento y fuego,
y con gracia escribiras el epitafio
para la tumba de mis tristezas
que ya no tendrán amparo aqui,
ya no habrá vacío en mi.





Fotografía de Bernabé Jirón.

sábado, 20 de marzo de 2010

Caricia


Tengo en mis manos lava,
viene desde mi mente
que explota en fuego y azufre
como un antiguo volcán.
Tengo mi corazón cubierto
con la sombra
del amor que me he creado,
del beso que nunca he entregado,
de la sombra de mi sombra
al fuego del volcán de mi mente
en la madrugada ardiente,
en la encendida soledad.
Mi patria es la libertad
y su bandera flamea
y es el brillo de mis ojos,
es mi sangre galopando
fuerte y veloz por mis venas,
por mis riberas, por mis rieles.
Tengo música saliendo por mis oídos,
como un centenar de pájaros
viajando juntos al atardecer.
Y tengo todo este calor en mi pecho
como arcilla aguardando
por tus manos de artesano.
Tengo todo para dar
sólo por un poco de ternura
a cambio...



Fotografía de Bernabé Jirón.

Laberíntico Atajo


Sin más artilugios que mi mirada,
que ya cansada, que ya desganada,
que ya sin mirada,
te buscaba, prófuga de su no-destino,
en los recovecos inhóspitos de algún
inhóspito jardín.
Pero, ¿qué había allí
más que un inhóspito jardín,
más que una mirada sin mirada,
más que mi alma tal vez pidiendo
asilo en las alas de un pájaro infinito,
de un cuento dorado,
de los pedazos de una historia
que solo trae dolor y muertes
a la muerte?
Sé que todavía habitan tal espacio
palabras cansadas de estar escondidas
tras palabras que no dicen nada en absoluto,
amores cansados de estar cansados
de no ser amores amantes,
de ser amores que mueren
en mis siempre taciturnas líneas
en línea directa a la muerte…
Sé que tal espacio
tiene conciencia propia de sí,
más que la conciencia que le da
mi propia conciencia cuando
acude a un espacio
para que descansen mis esperanzas
de toda la conciente aterradora realidad.
Sé que es allí donde
estoy, definitivamente, ahora,
donde me quedaré a descansar
hasta perder la conciencia total de mí
y recuperar la mirada.





Fotografía de Bernabé Jirón.

viernes, 19 de marzo de 2010

Paralela-Mente


Se inunda de estrellas
la habitación,
la percepción y el sentido sexto
se embriagan,
culpa mía por dejar
la puerta entreabierta
para permitir escapar a mi alma.
Es la misma postal
que se repite,
pero la recibo cada vez
más bella, diferente.
Es mi jardín del fondo
repleto de flores y guirnaldas,
es mi puerta de entrada
llena de espinas y fantasmas.
Había cortinas inmaculadas,
había un camino hecho
de arena cálida y caracoles,
había un mar universal
cayendo desde otra galaxia
hasta las orillas
de mis líneas en llamas.
Se abre una mano
en pleno viaje astral,
soltando como lluvia
mis diamantes de sal,
soltando un amor
que supo ser sideral...
Vienen a mi garganta
notas de otro palpitar,
quieren entrar, quieren sonar,
ser como las hojas del otoño
que por las plazas se van.
Se evapora el cuerpo,
cada partícula de átomo se separa,
cuando la habitación
se inunda de estrellas
al querer dejar escapar a mi alma.

jueves, 18 de marzo de 2010

Hogar del verbo "fue"


En el nicho de tus soledades guardas
todos los astros que alguna vez
te vieron pasar, parir y partir,
olvidar, perdonar y vengar,
en ese rincón oscuro de tu mente
donde todo es demasiado doloroso y real.
Las flores están a la orden del día,
siempre puntual con la frescura
de la memoria palpitante.
Singular juego de luces
iluminan el legado petrificádo,
brilla ese espacio en tu mente,
se trasluce en lo subjetivo de tus actos.
Y aún vos enrollas y desenrollas,
algunas veces por año,
los pergaminos de esos silencios
nunca redimidos ni refutados.
Son pedestales a tu cima
al fin y al cabo...