jueves, 29 de julio de 2010

Otoño marplatense, 7 años después

En esta mañana
de suave frío otoñal,
medito sobre
la resaca de mí
contemporánea tristeza,
sobre esa familiar llovizna,
sobre la gloria de mi memoria
que retiene tu rebelde mirada
y mi cobarde amor.
Medito sobre ese
lapso de vida sin tiempo,
tan universalmente centellante
pero insignificante para cualquiera.
Medito sobre diferenciar
si tanta pureza
fue sólo un sueño
o fue real…
Medito sobre meditar
acerca de tu corta existencia incidiendo
en mi impronta actual.
Medito sobre esta mañana
en la que me viniste a visitar,
en la que estás sentado
frente a mi alma,
frente a mi esencia
hecha poesía fugaz para vos,
para tu amor y bondad
y para tu marca
en cada paso que vendrá.


Fotografía de Romina Ortega

domingo, 18 de julio de 2010

Mudar

Negro es el marco
que resguarda al abismo,
era templado el tiempo
hasta que la lluvia comenzó.
Se presenta con una reverencia
la penumbra,
pisa las flores
donde el espíritu cayó,
mientras dentro del marco
la metamorfosis se completa,
se endurecen los sentidos
pero nunca el corazón…
Pienso en una piel
que parece de algodón,
con manos de ángel
y un nido sin dolor,
pienso un terremoto
que proviene del infinito,
con orquesta de otro siglo
la farsa terminó.
Las Musas me crearon
un lecho de jazmines,
algún viento celestial
vino a ocupar mi voz,
parece pretencioso
pero no hablo de la humana,
hablo de la esencia
que en mi centro se posó.

viernes, 9 de julio de 2010

No, no, quedate un momento más, magia,
quedate acá dentro mío, amo cuando llegas
y me haces sentir viva,
como si todo lo anterior y todo lo que vendrá
fuera la misma muerte hecha rutina.
Quedate acá adentro, así,
sabes que todo de mi es tuyo,
sabes que si no existieras así,
si no vinieras así cada tanto,
yo no tendría esperanzas de nada…
Porque sueño con este momento
desde que me despierto cada mañana,
y ahora que estás acá
se agolpan y tiemblan las palabras,
y me dejan en un silencio gigantesco
llena de gozo y dicha por dentro.
Amo que me tomes de esta manera,
tan minúscula y abarcativa,
tan artesanal y atemporal,
tan a tu manera, tan fugaz y egoísta,
para marcharte de nuevo
y dejarme con ganas de más...