sábado, 7 de agosto de 2010

Intermedio


Sábado de solo de piano,
en un juego que tiene
centenares de años,
centenares de labios,
refugios de notas
más nunca de piel, de manos.
Otro sábado entregado
a la fugaz dicha de lo mágico,
a la alegría de lo que espera
por nacer y ser leyenda.
Me canto un réquiem
para la vida que se me abre paso.
Me canto una flor
que siempre fue mi elegida
pese a no saber como lucía.
Me guardo un momento en sepia
y un cigarrillo mal apagado.
Con manitos de niña toco,
en mi mente, un abstracto piano…

3 comentarios: