Lo concreto como acción,
el beso, el abrazo,
las miradas, las pestañas,
las manos y sus falanges,
el camino, las sombras.
Allí, en ese accidente de la luz
nos hemos encontrado unidos,
fue casi la única forma física
en la que fuimos uno.
Recuerdo esa mancha gris oscura
en la calle tan iluminada,
ese momento, lo concreto de tu cuerpo
separado del mío por milenios,
pero siendo una tu sombra
con mi sombra,
una mancha gris oscura
como esperanza de amor,
como deseo concreto, concretado
en una forma amorfa
de la cual apenas se distinguía nuestro cabello.
Porque la luz del sol hubiese sido sombra
si mis latidos hubiesen podido iluminar
aquella calle,
tan efímero aquel momento
porque el día se acabaría
o nos separaríamos primero.
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